Vísperas del Confesor
W. A. Mozart
Las Vísperas solemnes del confesor fueron escritas en 1780, el año siguiente en que Mozart regresó a su ciudad natal para tomar con reticencia el puesto de organista de la corte de Jerónimo de Colloredo, el Príncipe-Arzobispo de Salzburgo. Sus deberes incluían tocar en la catedral, en la corte y en la capilla, además de ser director del coro infantil. Durante este periodo, Mozart compuso la Misa Coronación y dos hermosos ciclos de Vísperas, junto con la Misa Solemnis y el Regina coeli. Aún con toda esta carga, Colloredo no estaba satisfecho.
Estrenada en la espléndida catedral de Salzburgo en 1781, las Vísperas solemnes del confesor es una secuencia jubilosa de salmos tradicionales para este tipo de celebraciones. Mozart escogió los Salmos 110-113, 117 y el Magnificat, y reservo la instrumentación completa –fagot, dos trompetas, tres trombones, timbales, violines, órgano y continuo– para las secciones del “Dixit” y “Magnificat.” La presencia de las trompetas y los tambores sugieren que la obra estaba pensada para su el día del Festum Pallii, una importante celebración en Salzburgo.
La obra no tiene movimientos orquestales y solo hay un movimiento para solista: el bellísimo “Laudate Dominum” para soprano, cuerdas, organo y fagot. El “Laudate Dominum” contiene una de las melodías mozartianas más bellas y memorables; un aria operística digna de la misma Condesa Rosina. Las Vísperas es de las últimas piezas que Mozart escribió en Salzburgo y representa magníficamente su legado musical en esa ciudad.
